Mascara... El Inicio

Dos chicos de parecido igual caminaban agarrados de la mano por las viejas calles de aquella ciudad platicaban de cosas triviales, cosas que solo ellos entendían, el semáforo marco rojo dándoles el paso a los peatones, cruzaron la calle sin cuidado y de repente una luz segó los ojos de la chica cobrizo, abrió lentamente sus ojos y quejándose del dolor.

Estaba tirada en el suelo con el trasero pegado al pegamento frio y lo que sus ojos estaban viendo no tenia como asimilar los que veía. Su hermano, su gemelo ensangrentado y su níveo cuerpo extendido en el pavimento, a lo lejos el carro que provoco aquello estaba dando aun vueltas por lo resbaladizo del suelo.

-NOOOOOOOOOOOOOO!! –se escucharon los gritos ahogados de la chica que no cavia de lo asombrada que estaba, fue corriendo hasta el cuerpo inerte del chico y lo movió repitiendo una y otra vez su nombre sin recibir respuesta alguna.

-Axel, Axel responde –lagrimas hicieron correr por sus mejillas parando en el rostro manchado de su hermano, la ambulancia había llegado y la separaron de el. Los paramédicos hicieron su trabajo intentando resucitar su corazón pero nada funcionaba.

-No responde –dijo uno mirando a la pobre chica quien no podía creer eso su hermano muerto, eso jamás se lo perdonaría, se odiaría para toda la vida.

-Hora de la muerte –dijo otro sin mirar a la chica no quería ver el dolor de ella reflejada en sus ojos. >> una y treinta de la tarde –dijo por fin el otro tapándolo con una manta y esperando a que llegara el de la forense.

-NOOOOO! Hermano tu no puedes estar muerto responde se que sigues hay –gritaba la chica y la muchedumbre la miraba con pena y lastima, el circulo que antes había rodeado a los paramédicos, el occiso y a ella ahora se marchaba a su vida cotidiana dejándola a ella en aquel abismo.

Despertó con la frente a perlado había soñado con ello una vez mas aquello la estaba matando si no le hubiera pedido que fueran a ver una película tal vez nada de eso hubiera pasado y si no la hubiera aventado al suelo el no estaría bajo tres metros quien lo estaría seria ella.

Nicolás se mantenía aun lado de ella observándola detenidamente ella lo acaricio y se paro de la cama esa mañana tendría cosas que hacer. En la planta de abajo se escucharon ruidos extraños. Ella sabía que nadie vivía con ella y que había la probabilidad de que fuera un ladrón.

Agarro un bate que tenia debajo de su cama y camino sigilosamente por el largo pasillo bajo las escaleras con cuidado de no hacer ruido y fue en busca del ladrón, entro a la sala y no había nadie siguió su camino hasta la cocina y vio una sombra entre la puerta de la alacena.

Se acerco y prendió la luz pero ya no había nadie se dio la media vuelta y fue golpeada por algo demasiado fuerte que la hizo desmayarse.

Se despertó en una habitación extraña todo en ella era de color obscuro y no tenia ventanas aquella habitación se asusto demasiado estaba amarrada de las muñecas en la cabecera de la cama y también sus pies aun tenia la vista borrosa por lo cual no veía todo con claridad, vio que alguien entraba a la habitación, su mirada la engañaba. Estaba viendo a su gemelo.

-¿Quien demonios eres? Bastardo de mierda suéltame pervertido imbécil –gritaba Rouss tratando de soltarse de aquellas cuerdas que apretaban sus muñecas y tobillos.

-Mi pequeña Roussy desde cuando eres tan grosera –aquella voz se parecía a la de, no podía ser cierto el estaba muerto su mente le estaba jugando una mala pasada, pensó Rouss.

-Eso no te incumbe ahora ven y suéltame de una maldita vez –le dijo una vez mas pero aun mas furiosa quien fuera quien le estaba jugando aquella no volvería a ver la luz del día.

-No lo hare hasta que te calmes- como era posible hace poco lo tenia enfrente de la puerta y ahora estaba encima de ella besándola.

Le había mordido el labio al chico haciendo que el chico soltara sus labios y se sentara aun lado de ella mirándola con interés.

-Bastardo no me vuelvas a tocar y si lo vuelves a hacer te matare –grito Rouss soltando una vez más su furia.

-Esta bien creo que ya es hora de soltarte –se paro y la soltó de las muñecas y después de los pues una vez ejecutado aquello se hecho a correr pero eso fue en vano ya que el mismo chico había aparecido enfrente de ella aprisionándola entre la pared y sus brazos.

-No querrás que te maten haya afuera si te vas te mataran –dijo con una sonrisa arrogante en su boca haciendo que Rouss se estremezca, ella rio irónicamente y el se quedo perplejo no tenia ni una pisca de nerviosismo por el acercamiento de el.

-Hmmp déjame ir bastardo no tengo tu tiempo hay cosas importantes que hacer-dijo Rouss dándole una bofetada directo a su mejilla derecha aprovechando que el estaba distraído.

-¿Qué estas haciendo Louis? No se supone que estaba amarrada –dijo una voz ronca haciendo que se estremeciera el chico-

-Lo siento pero ella a escapado por cuenta propia-se incoó en una rodilla haciendo una leve reverencia.

-¿Queee? Eso es mentira este imbécil bastardo me ha liberado –dijo a su defensiva Rouss haciendo que el chico que estaba arrodillado la mirara de manera asesina.

 -Pero que insolente esta bestia humana al hablarme así –Rouss se quedo perpleja la había llamado “bestia humana” todo eso la confundida.

-Lo siento Lord no volverá a pasar esta humana no conoce aun las reglas de aquí –dijo el chico arrodillado. “que otra vez la había llamado humana, esta,” la furia ardía por todo el cuerpo de Rouss ella no era de que la maltrataran y no se dejaba maltratar.

-Eso espero la próxima vez – ante eso ultimo el señor salió de aquel pasillo y se fue perdiendo en el mismo, aquel lugar no parecía un lugar normal parecía una mansión y una mansión demasiado tétrica, había gárgolas y cuadros antiguos.

-Y bien que hare contigo demonios –hablaba consigo mismo el chico y ni siquiera se daba cuenta de que aun seguía Rouss aun lado de el. – Ya se te encerrare hasta que me den ordenes de haya arriba –la tomo por la mano y la saco de hay guiándola por otro pasillo aun mas obscuro y sin ventanas, aquel lugar parecía un laberinto sin fin.

-Que demonios dices, a donde me llevas no me moveré de aquí hasta que me des explicaciones, ¿Quién eres?, ¿Dónde demonios estoy?, ¿Quién demonios era ese tipo y porque te arrodillaste ante el? Y ¿Por qué me llamo bestia humana? –grito eufórica Rouss el tan solo se limitaba a mirarla y no inmutaba ni una palabra.

-Primero que nada no te diré nada aun sígueme y cállate tu voz es chillona y molesta –le dijo el chico dándose la vuelta y caminando de una vez mas a su destino.

-Louis cariño te busca Heldry –era una señora de alrededor de unos dieciocho piel demasiado pálida, labios carmesí, alta y delgada, sus ojos parecían de un color ámbar extraño para un humano normal.

-Oh! Veo que ya la has traído vaya si que apesta –se tapo la nariz quisquillando de su “supuesto mal olor”.

-Se que me agarraron cuando no me había ni lavado la boca y estaba en pijama y esa no fue mi culpa –le dijo Rouss mirándola con enfado.

-Y que lo digas si que apestas a perro mojado –le dijo la pelirroja haciendo que Rouss perdiera la poca cordura que le quedaba, se abalanzo a ella tratando de golpearla pero fue detenida por Louis quien la miraba sin expresión.

-Déjate de niñerías y camina y tu Rosabel guarda tu compostura –le dijo Louis caminando y tomando la muñeca de Rouss haciendo que esta temblara el la volteo a ver y rio arrogantemente.

-Vaya impertinente –dijo una chica atrás de Rosabel, medio bajita, pelo grisáceo, ojos verdes.

-¡Oh! Se parece mucho a ella, veo que aun no la ha podido olvidar eh –le dijo rosabel a la recién llegada quien nada mas se dio la vuelta y antes de irse dijo.

-Esto será algo emocionante –y desapareció como había llegado.