Saco un cigarro y lo
encendió era su decimo aquella mañana estaba ansiosa tal vez porque ese
día recibiría una carta de su madre que le mandaba mensualmente, la
ansiedad la comía y ya quería que la escuela terminara, estaba en la
azotea pensando en lo que le diría, recordó la antigua carta.
Quería Rouss pronto mandare por ti para que
vengas a vivir conmigo y tu padrastro, hay tantas cosas que te quiero
contar y que tenemos todo el tiempo del mundo para hablar, por el
momento te dejara unos cuantos centavos para tu sustento de este mes, te
quiero querida nos vemos chao.
Esa carta había sido de lo mas cortante para ella
que madre dejaba a su hija por un hombre que había conocido en un
crucero después de la muerte de su hermano y se preguntaran donde
diablos estará su padre pues bien se sabe que sus padres se divorciaron
hace años cuando ella apenas tenia cinco años de edad.
Una vez mas se escucho abrir la puerta de la azotea
no miro quien era porque, el simple hecho de no querer saber quien era
el que interrumpía su ansiedad, se escucharon varios jadeos de parte de
atrás, esta vez si dudarlo volteo a ver y lo que sus ojos ónices veían
eran dos enamorados en su acto.
Movió la cabeza en negación se fue acercando a la puerta cuando escucho que alguien le hablaba.
-Linda Rouss únetenos seria fantástico una tercera
persona-le dijo el muchacho lo conocía a la perfección era Jean carló el
brasileño que había llegado hace unas semanas a la escuela y ya era
todo un Casanova.
-Me encantaría pero no gracias tengo cosas que
hacer –les dio una ultima mirada y se retiro dándole las ultimas caladas
a su cigarrillo. Después botándolo en el piso.
Bajo a su aula estaban en psicología con la maestra
que tanto se preocupaba por ella no toco la puerta entro de paso y se
sentó aun lado de Jane que la miraba con emoción. La pelinegra saco un
pequeño trozo de papel y escribió en el.
Que bien que has entrado pensaba que no lo harías.
Hmmp lo hice nada más porque me han corrido de la azotea
¿Qué ha pasado?
Nada que se deba decir
Con eso ultimo la pelinegra dejo de preguntar y se
concentro en la clase mientras que la maestra explicaba un tema
relacionado con la materia.
Habían marcado las dos de la tarde al fin la salida
de la escuela todos tomaban sus cosas mientras que Rouss caminaba sin
preocupación y con su típico cigarrillo en mano, un chico venia
corriendo a toda velocidad y al doblar la esquina se topo con la chica
de cabello cobrizo, lo miro con odio mientras que el se quedaba
estupefacto por lo bonita que era la chica.
Rouss se paro y se retiro sin decir nada, el chico
reacciono de manera brusca y la tomo por la mano atrayéndola hacia el y
pegándola a la pared.
-Adonde vas y sin disculparte –le susurro en el
oído mientras apegaba mas su cuerpo a el de ella, Rouss lo miro con odio
y se aparto de el.
-Hmmp no te debo nada –sin mas se fue pero el chico
aun seguía insistiendo en que le pidiera perdón la verdad es que no
quería dejarla ir sin al menos saber su nombre.
-Dime tu nombre al menos-Rouss lo miro y resoplo por lo bajo estaba hartándose de aquella situación.
-Mi nombre es Scarlett escamilla –le dijo por ultimo y se,-
-Hey Rouss porque no le diste tu nombre verdadero –pregunto Jane quien la veía con una gran sonrisa.
-o vamos no querrás que ese idiota me este
molestando cada vez que me vea aparte no me interesa dárselo –rio con
una pequeña sonrisa y a jane se le agradeció la sonrisa, ya era un paso
mas grande que Rouss riera de esa manera habría muchas cosas que hacer
con ella, como quitarle esa terrible maña de fumar y de escaparse de las
clases.
Había llegado a su casa tirando su mochila en el
sillón y viendo su correspondencia y hay estaba la que tanto estaba
esperando aunque aparentara no darle importancia a esa carta sabia que
le era muy importante ya que en ella venia el contenido de lo acontecido
con su madre en ese mes que había pasado, y sin darse cuenta ya la
estaba abriendo tan rápido que parecía desesperada.
Rouss Collins
Soy yo tu padrastro te quería informar que tu
madre se encuentra en el hospital a recibido unos extraños desmayos que
sin duda tenían que ser atendidos de inmediato y también te escribo con
el fin de que este mes no recibirás dinero ya que con ese se pagara el
tratamiento de tu madre me despido. Cuídate.
-QUEEEEE ese mes no recibiré dinero y como demonios
me mantendré con vida que se piensan –grito eufórica Rouss jamás de los
jamases la habían dejado sin dinero, Agarro su teléfono y marco el
numero de su amiga Jane.
-Jane te necesito en estos momentos. –la pelinegra
estaba rodeada de muchas personas por lo cual no escucho muy bien lo que
le dijo su amiga.
-Rouss ven a mi casa tengo una pequeñísima reunión
–la castaña frunció el ceño y colgó esa pequeñísima reunión se había
convertido en una gran fiesta, tomo su chaqueta y salió rumbo a la casa
de su amiga, al llegar la vio en el marco de su puerta dándose besos con
Eliot Dubel un chico no tan famoso pero tenia un cuerpo que toda chica
soñaba, menos yo-
Jane la miro y le sonrió saludándole, se escuchaba
el retumbar de la música y las muchas risas que estaban adentro, Rouss
la miro altaneramente y con el ceño levemente fruncido.
-Asique una pequeñísima reunión eh –jane la miro y le sonrió nerviosamente.
-Oh vamos tenia pensado nada mas invitar a un grupo
de chicos y la voz se corrió y ya sabes –sonrió de nueva cuenta y la
mire sonrío de manera arrogante, si algo bien se sabia era que aunque
Rouss fuera una completa persona fría y seca, ella era el alma de las
fiestas.
-Ok te perdono esta vez porque ya huelo a los
vampiritos –sonrió y se metió entre la ola de personas que rodeaban la
barra, pidió su queridísimo vampirito y lo bebió.
Alguien la había tomado por la cintura y la había
apegado a su cuerpo, Rouss se sintió extraña no sabia quien era hasta
escuchar la voz que le hablaba.
-Pequeña gatita porque no jugamos esta noche- esa
voz la conocía a la perfección y le molestaba prendió un cigarrillo y se
volteo a ver al dueño de la voz, miro su mano y después la de el chico
que seguía con las manos en la cintura de la castaña, sonrió
arrogantemente y después puso el cigarro en la mano del chico que tan
solo jimio del dolor.
Mientras que la castaña salía de la barra rumbo a
la pista de baile, el pelinegro la buscaba con la mirada hasta hallarla
rodeada de dos chicos que le bailaban muy pegado, fue directo hasta haya
y la sujeto de la mano, la atrajo hasta el y le dio un beso apasionado y
lujurioso, Rouss lo beso con demanda y después le mordió la lengua.
-Conmigo no juegas idiota –y se marcho dejando un
estupefacto pelinegro ante la reacción de la chica, nunca ninguna chica
se le había hecho la difícil y no había caído en sus encantos varoniles,
sonrió en son de triunfo y se dijo para si mismo “entre mas difícil mucho mejor”.
C o n t i n u a r a <3
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