sábado, 24 de noviembre de 2012

Carta a mi imaginación

Camine descalza y con los pies hinchados...
camine bajo los mismos cimientos que elevaron mis antepasados.
Abrace al añejo roble maduro... Y ni así pude conversar con el mundo, me sentía sola y agotada, indecisa y triste.
Todos caminaban a mi alrededor con esa mirada gris, con esa mirada tan perdida en un mundo sin color...
Me miraste desde la punta de la colina, y sin mas ni menos saltaste hacia mi con las alas extendidas  regalándome la oportunidad de sonreír.
- No estés triste - dijiste con una voz tan suave y distante...
Buscaba los sueños en mi antigua imaginación... en mi niñez.


Atentamente: El nuevo sendero de una nueva escritora.